Esta nota tiene dos partes. La Nación aquí.
Empecemos por los consejor para el poseedor de "terrebilitis aguda".
Sugerencias para "correrse" de la nube negra:
- Animarse a reconocerse como tal (tarea difícil porque iría en contra de la naturaleza pesimista, pero siempre hay un lector negativo valiente con ánimo de sentirse mejor).
- Darse cuenta y "aceptar" esta tendencia a la negatividad o a la "catástrofe".
- Tratar de identificar el origen o la causa de su estilo negativo (¿herencia familiar, comodidad para provocar el cambio, creer que los otros son ineficientes o uno merece algo mejor, no aceptar las limitaciones del otro o del momento. creer que no es merecedor de nada de lo bueno que pueda llegar a ocurrir? ¿Goza como las tías o las abuelas al dar las malas noticias? ¿Qué otro motivo podría llegar a ser?)
- Proponerse respirar o contar hasta 5, al menos, cuando sientan que está por aparecer (con perdón del término) el "vómito negro"; cuando sienta venir la avalancha compulsiva del enojo o de la intolerancia. Respirar para aceptar lo que pasa no es resignación.
- Pedir ayuda a alguien (pareja, hijo, amigo, terapeuta.) para que lo ayude a lograr alguno de los pasos anteriores.
- Si creció escuchando "lamentos de bandoneón". o que usted es "siempre el mismo tonto de siempre", "la oveja negra", "pobrecito Robertito, no tiene suerte". pensar que esas fueron etiquetas del pasado, que uno puede desprender del "frasco".
- Cambiarse los lentes para modificar el foco. Es poco probable que "siempre todo esté mal" o que uno "esté condenado a las nubes negras".
- Ganar flexibilidad y optimismo, comenzando a reemplazar ciertas palabras del diccionario habitual, relacionadas con el "todo o nada". No siempre es "siempre", "nunca", "jamás", "imposible".
Pero recordemos que no siempre las nubes son negras. La naturaleza "siempre" (en este caso vale) nos ofrece una vida con matices. Después de todo, siempre que llovió paró y, si hoy está lloviendo, habrá que aprender a caminar bajo la lluvia hasta que el pronóstico cambie.